El viernes día 6 de marzo fuimos a ver una exposición de cómics valencianos en la biblioteca hechos por Miguel Ambrosio Zaragozá y Manuel Gago García.
El Capitán Trueno, uno de los personajes de tebeo más conocido y más apreciados por los lectores del género de este país, el cual tuvo dos padres: en lo literario a Víctor Mora y en lo artístico al valenciano Miguel Ambrosio Zaragoza más conocido por “AMBRÓS”. Sobre la vida del Capitán Trueno han corrido ríos de tinta, más aún en la medida en que se acercaba su cincuenta aniversario, incluso se han realizado homenajes en su honor, siendo el más reciente el que se le hizo en Barcelona el 23 de Marzo del año en curso en presencia del guionista Víctor Mora, de Francisco Ibañez autor de Mortadelo y Filemón y de la esposa de Mora, la señora Armonía Rodríguez autora de EL GRAN LIBRO DE EL CAPITÁN TRUENO.
Manuel Gago García (Valladolid, 7 de marzo de 1925 - Valencia, 29 de diciembre de 1980) fue un guionista y dibujante de historietas español, creador de El Guerrero del Antifaz. El autor, según sus propias declaraciones, se inspiró para la realización de su obra en la novela Los cien caballeros de Isabel la Católica (1934) de Rafael Pérez y Pérez. Tras leer esta novela realizó un tebeo titulado El juramento sagrado, que puede considerarse el germen del futuro Guerrero del Antifaz. Este tebeo fue publicado por Editorial Valenciana en 1943, cuando el autor no había cumplido aún diecisiete años.
Al año siguiente, en 1944, se inició la publicación de los cuadernillos de El Guerrero del Antifaz por Editorial Valenciana, y en poco tiempo se convirtió en el más famoso de los héroes de tebeo creados en España hasta la fecha (en el futuro, sólo sería superado en popularidad -y en ventas- por El Capitán Trueno). Se editaba en cuadernillos de dieciséis páginas, en formato apaisado y en blanco y negro. Además de ocuparse de los guiones, en los que fue auxiliado por su hermano Pablo y su cuñado Pedro Quesada, Gago asumió en solitario la realización gráfica de la serie hasta el número 420, en que cedió los lápices al dibujante Matías Alonso, quien se encargaría de los dibujos hasta el número 500 de la publicación. En el número siguiente Gago volvió a ocuparse del dibujo, y así siguió hasta la finalización de la serie, en 1966. El último cuadernillo fue el número 668.